miércoles, 22 de mayo de 2019

Después del viaje

Reflexiones del paseo


Ya terminé mi experiencia recorriendo Buenos Aires, y sinceramente pienso que fue tan fructífera como lastimosa. Me pareció increíble la infraestructura del centro y la simplicidad de las casas de barrio, pero me da pena ver la cantidad de gente en situación de calle que hay. Todas las estructuras del centro hacen parecer a Argentina como un país de primer mundo, son preciosas tanto por fuera como por dentro, hechas por los mejores arquitectos de la historia, los barrios son pacíficos, sencillos y hermosos, con muy buenas personas que te ayudan si te perdés o necesitas algo (como en mi caso, que me perdí varias veces y siempre me ayudaron sin rechistar). Pero no es una ciudad perfecta, tiene sus defectos, como todo. Me quedé sorprendido de la cantidad de gente pobre que hay, tanto en el centro como en Coghlan, en el centro vi a más personas pidiendo plata que en Coghlan, pero en sí eran muchas personas, el problema es que también hay gente que al ser pobre decide robar para poder comer, y esto produce una gran inseguridad.

En fín, creo que esta experiencia fue muy enriquecedora porque aprendí tanto las cosas buenas como malas de Buenos Aires, y por fín la conocí. Gracias a esta experiencia decidí realizar un viaje por toda la Argentina para conocer completamente este bello país.


Francisco Juárez


Terminado el viaje, seguía emocionado por el hecho de haber utilizado una cámara analógica por primera vez, acontecimiento que unos días después le contaría a mi padre e hizo que se ponga muy contento porque como he dicho, todo lo que sea en fílmico le encanta, lo que me alegró bastante.

Lo primero que se me vino a la cabeza es comenzar a utilizarla más seguido, pero para ocasiones muy especiales solamente, por el factor financiero de la compra del cartucho, del revelado y del escaneado. Si bien puede ser un proceso lento, es muy divertido y vale en su totalidad la pena. Eso si, luego de tomar las fotografías y mandarlas a revelar tenía mucho miedo, solamente por el hecho de que pasaba si es que llegaba a tener mal ajustados los anillos de la cámara, lo que provocara que alguna que otra foto haya salido en malas condiciones.

Joaquín Mazzon


Reflexionando sobre las experiencias de este viaje, puedo concluir que no estoy ni totalmente maravillado, ni totalmente decepcionado. Estoy conforme. Fue una experiencia que, por momentos, me hizo acordar a mi niñez y mis primeras veces caminando por el centro de noche, o por las cuadras de mi casa cuando no sabía ni los nombres de las calles. Me gustó poder despegarme de lo cotidiano, en el sentido de que, uno muchas veces transita por la ciudad muy concentrado en sus actividades y no se da un momento de observar, no ver, sino observar realmente a su alrededor. Observar la ciudad.

Me gustó el cielo de Buenos Aires, un detalle que, hace mucho no me daba un tiempo para observarlo y que de ahora en más quiero hacerlo más seguido. Además me llamó la atención la combinación entre lo viejo y lo nuevo. Uno caminando se encuentra de pronto con una casa muy antigua y a su lado, un edificio construido este mismo año. Es esa característica de la mezcla que hay entre la ciudad que fue hace 100 años y  todo lo nuevo de hoy en día es lo que me llamó la atención. Además mi paso por el museo de bicentenario, me conmovió mucho, ya que me llevó a pensar el cambio en el paisaje de la ciudad y su historia. Uno muchas veces, no le presta atención a esto y creo que es un error, porque es importante saber la historia de la ciudad en la que uno vive. Además de llevarme a pensar el cambio del paisaje, en el museo de bicentenario, pude observar distintos objetos de importancia para el país como cartas firmadas por Manuel Belgrano, el libro de Civilización o Barbarie de Sarmiento con su dedicatoria original firmada por el, el cadillac de perón, o las paredes y cimientos de la antigua aduana de Buenos Aires. Todo esto me llevó a pensar en la historia y el cambio del paisaje del país.

Lo que realmente resalto de esta experiencia es, el hecho de que me llevó a conocer más de la historia de la ciudad, sus inicios y cambios hasta la actualidad. Pude observar la belleza y la fealdad, pero sobre todo esa belleza que nunca me detengo a ver. Resalto la belleza sobre la fealdad porque, en mi experiencia personal, suelo resaltar siempre la fealdad de la ciudad.


Juan Cidades



Autoevaluación


¿Cómo cambió mi visión de Buenos Aires, una vez realizada la bitácora?

Mi visión de Buenos Aires ha cambiado gracias a la ayuda que recibí no solo del viaje de la bitácora en sí, sino también con el apoyo que recibí de mis compañeros a la hora de sacar fotografías. El viaje me ha ayudado de manera que me ha sacado gran timidez de poder recorrer las calles que no transito por el hecho de no animarme a hacerlo, y de verdad que no me molesta hacerlo de manera solitaria, y creo que sería mejor de esa forma porque uno puede ir tranquilo debatiendo consigo mismo sobre lo que está viendo y sacar pensamientos y conclusiones a través de lo que nuestros ojos captan. Y mis amigos me han ayudado de manera que me dieron más “entrenamiento” del ojo por así decirse, ayudaron a darme cuenta de edificaciones que destacan sobre las otras pero yo solo no lo hubiera hecho, aunque diga que me guste hacerlo de una forma singular. Me dieron un mejor campo de visión en la Ciudad, que ahora lo utilizo mas seguido, no solo cuando voy a pasear sino también cuando hago mis recorridos cotidianos donde despejo la vista del piso para dirigir al ojo allá arriba en los momentos que tengo la oportunidad.
Siento que puedo despejarme de la rutina de mi visión habitual para poder observar y adquirir más imágenes de la Ciudad dentro de mi memoria y poder pensar sobre ellas y que puedan recordarme algo, ya sea con afecto o no.
Además, con la utilización de la cámara, seguramente dentro de esas ocasiones especiales entren algún que otro recorrido por la Ciudad, ya sea solo o acompañado, y podré conocer y averiguar más sobre la ciudad en la que siempre viví.

Joaquín Mazzon


Mi viaje por la ciudad de Buenos Aires, como extranjero en mi propia tierra, con una vista extravagante a lo cotidiano, fue un antes y un después, en cuanto a mi visión de la ciudad. Digo esto por que mi viaje por Buenos Aires me llevó a descubrir lugares nuevos, sobre todo en el centro, calles y edificios que nunca transité ni vi. También pude observar paisajes que, por estar concentrado en mis actividades de la vida cotidiana, siempre me perdía. Me llamó la atención los distintos cielos de la ciudad, en un mismo barrio. El cielo visto desde distintas calles de mi barrio o los distintos árboles del barrio, que por cierto son hermosos.  Me asombró los distintos paisajes que se pueden observar, las distintas sensaciones que te da la ciudad y, cómo cambian de acuerdo al clima. Cuando un día es soleado y el sol impacta sobre los árboles con un gran cielo de fondo, la ciudad se ve hermosa, alegre y brillante, pero, los días de lluvia, tormenta o nublados, donde hace frío y el cielo es muy imponente, la ciudad pareciera como tenebrosa, oscura y sombría.
Finalmente lo que hizo cambiar realmente mi visión de la ciudad es, a través de mi paso por el Museo Bicentenario, pensar cómo esta fue cambiando desde sus comienzos hasta la actualidad. Más allá de los distintos edificios que la formaban, pensar en cómo era la forma de vida de las personas en las distintas épocas, los distintos paisajes que había en la ciudad en distintas épocas y tener una mirada más aproximada a hechos históricos que pasaron en nuestra ciudad.
Este viaje me enseñó, la importancia de pasear por nuestra ciudad,para descubrir lugares nuevos, para redescubrir lugares transitados ya cientos de veces y, también, darle importancia a la historia de cómo esta fue cambiando.

Juan Cidades

Al principio, yo veía a Buenos Aires como una ciudad sin mucho que aportar ya que siempre viví aquí y nunca ví nada que me impacte, que me produzca algún tipo de admiración, como me pasa cuando recorro otros países. Como vivo acá, solo veo lo malo, ya que a lo demás ya me acostumbré y no me asombra, pensaba que esta ciudad no era digna de visitar debido a que no tenía muchas atracciones importantes y que había mucha inseguridad como para pasear tranquilamente.
Con este trabajo me dí cuenta lo mucho que tiene esta ciudad para ofrecernos,la cantidad de atracciones que tiene, lo hermosas que son, pude ver con mis propios ojos cómo hay gente buena en esta ciudad, que no todos roban o te maltratan.
Buenos Aires es una ciudad increíble, y gracias a este trabajo lo pude ver. Pude comprobar por mi cuenta como son los diferentes lugares, ya que recorrí dos sitios completamente opuestos, por un lado fui al centro, la parte más vistosa de Buenos Aires, la que es dedicada para los turistas, y después recorrí el barrio en el cual vivo actualmente, Coghlan, aprovechando que no tuve tiempo para recorrerlo porque me mudé hace poco tiempo a esta casa. El centro lo recorrí con mis compañeros, fuimos los 3, y vimos lo pintoresco que es, como tiene de las mejores obras arquitectónicos que vi en mi vida, presencié la cantidad de gente que hay, me resultó algo asfixiante que haya tanta gente, pero me gustó mucho, ya que es una de las primeras veces que voy y siento que conocí un poco mejor la ciudad en dónde vivo. También recorrí Coghlan, el barrio en el que vivo, este lo recorrí completamente solo, deje mi celular y mis auriculares en casa, (algo raro de mi parte ya que nunca salgo de mi casa sin alguno de ellos) y salí a recorrer, el primer día estuve 3 horas viendo y recorriendo, y el segundo día estuve 2 horas paseando tranquilamente.
En estos recorridos aprendí muchas cosas de esta maravillosa ciudad, cambié completamente mi forma de verla, antes la miraba de una forma en la que pensaba que no tenía nada importante o por lo cual interesarme, que si salía a explorar me iban a robar debido a la gran inseguridad, pero ahora la miro como una hermosa ciudad con múltiples puntos de interés, una ciudad digna de recorrer por su hermosura y su gente que en la mayoría de los casos hará lo mejor que puede para ayudarte, que no es tan insegura como se piensa que es. Pero en este viaje también aprendí como no todo es perfecto en esta ciudad, mis sospechas de que es muy insegura no se concretaron pero igualmente  es una ciudad insegura, tal vez no tanto como creía pero lo es, también logré darme cuenta de la cantidad de gente pobre que hay, no importaba por donde esté caminando, siempre había alguien pidiéndome plata para comer, esto me dió mucha pena y me recordó que Argentina no es un país perfecto.

Francisco Juárez


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